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  • Foto del escritorSilvina Evangelista

Ladrones de bicicletas



Antes de empezar a escribir, incluso antes de pensar qué voy a decir con respecto a esta maravillosa película italiana, quiero detenerme en una escena en particular. El protagonista, Antonio Ricci, consigue trabajo pegando carteles, y en el momento en el que le enseñan su nuevo oficio, se ve y se oye lo siguiente:


"Primero le das una mano de cola" dice su compañero mientras da grandes pinceladas sobre un cartel que ya se encuentra pegado en la pared. Ricci a su lado sostiene el balde y observa atento las indicaciones. "Luego pegas el cartel. Así." continúa diciendo el hombre, a la vez que despliega uno nuevo que al apoyar sobre la pared deja ver la imagen de la esplendorosa Rita Haywoorth. Finalmente agrega "Después otra mano muy fina de cola" y aplica las pinceladas por encima del rostro de la actriz norteamericana.


De repente la cámara, que hasta el momento los enfocaba desde un primer plano muy cercano, se ubica al otro lado de la acera, ofreciéndonos un plano general. Ahora vemos la pared en el fondo, dos escaleras apoyadas sobre ella, el perfil del hombre pegando el cartel, a Ricci de espaldas que sigue mirando atento lo que hace su compañero y dos niños delante, uno de ellos tocando el acordeón. De pronto un hombre vestido con traje oscuro, sombrero, paraguas en mano y portafolios, atraviesa la escena de espaldas a nosotros. La cámara decide seguirlo, dejando fuera de cuadro al protagonista y a su nuevo compañero, aunque se siguen escuchando sus voces: "Mira Ricci, este oficio requiere mucha inteligencia. Hace falta tener ojo y ser rápido."


El hombre vestido con traje oscuro continúa caminando, y mientras se aleja vemos que los niños corren detrás de él. La cámara vuelve a Ricci y a su compañero, que tras haber colocado el cartel se suben a sus respectivas bicicletas. En el centro de la toma puede verse el panel que agrupa los carteles pegados, mientras que cada uno de los hombres abandona el lugar tomando direcciones opuestas.


¿Por qué me detuve con tanto detalle en esta escena? Una de las características del neorrealismo italiano consiste en la existencia de múltiples capas de información o de significado. Detrás de una historia sencilla, en apariencia cruda, detrás del naturalismo de las actuaciones y detrás de una cámara que se mueve bajo un registro más cercano al documental, hay algo más. Y lo que esta escena viene a decirnos es que el cine no es el del cartel que pegan, sino que el cine es lo que sucede en la calle. Por eso la cámara de desvía y sigue al hombre que pasa caminando.


Esta es sólo una lectura, una entre tantas otras posibles. Sin embargo, el momento histórico al que nos estamos remitiendo justifica esta interpretación. La guerra había dejado, en gran parte de Europa, ciudades devastadas y en ruinas, los estudios de cine más importantes habían sido bombardeados, tras la decisión de sus gobernantes de transformar el cine en propaganda política, convirtiéndolos en blanco de ataques militares.


En el caso de Roma, previo a la guerra, en los estudios Cine Cittá se realizaban grandes producciones cinematográficas. Allí se hacía un cine de entretenimiento y diversión, similar al de Hollywood. Se lo denominaba cine de telefoni bianchi, haciendo alusión a los teléfonos blancos que usaba la alta burguesía, los que eran evidentemente más costosos que los negros, resultando estos un claro marcador de clase.


El neorrealismo surge de la crítica a este tipo de cine, pero también, y sobre todo de la desolación y la desesperanza que había dejado la guerra.


El impresionismo había abierto un camino que inspiró a los representantes del movimiento neorrealista, y si bien ambos son muy distintos, cabe destacar que lo que tomaron de aquellos fue el hecho de abordar la realidad en su complejidad.


Tanto el cine de Hollywood como el de telefoni bianchi resultaba trivial y vacío para cualquiera que hubiera experimentado la violencia y la sangre derramada durante la guerra. Había algunas pocas excepciones, pero eran sólo eso, "excepciones dentro de una normalidad que resultaba falsa".


Me gusta cómo relata esta apreciación Quentin Tarantino en su novela Érase una vez en Hollywood, en uno de los capítulos dedicados a Cliff, el doble de riesgo de Rick Dalton. Cliff había participado en la segunda guerra mundial, y había sido testigo "de los sombríos extremos de la conducta humana (como las cabezas de sus hermanos guerrilleros filipinos clavadas en estacas por los ocupantes japoneses)" así que, cuando volvió a Estados Unidos tras la guerra, "el cine de Hollywood le parecía extremadamente infantil e inmaduro, incluso los actores más relevantes de su época, seguían pareciendo actores, cuya actuación se ajustaba estrictamente al personaje que estaban interpretando. Y estos personajes siempre transmitían cierto artificio que impedía que resultaran convincentes."


Mientras tanto en Europa, y en Italia particularmente, empezaban a rodarse películas de nuevo, aunque ahora ya no eran grabadas en estudios, sino entre los escombros que habían dejado los bombardeos. Los actores no eran profesionales, y no sólo porque no había presupuesto para pagar a grandes estrellas, sino porque estos actores naturales lograban transmitir la espontaneidad deseada, dando lugar a la improvisación y haciendo posible captar la textura de la vida.


El uso de locaciones naturales es otra de las notas características del neorrealismo, por eso solemos ver a los personajes deambular entre las ruinas de la ciudad. En el caso de Ladri di biciclette, al protagonista le roban su bicicleta y el filme consiste en la búsqueda que emprende junto a su pequeño hijo Bruno para recuperarla. Ambos recorren las calles de Roma, lo que no sólo nos muestra los rasgos de una ciudad destruida, sino también el resquebrajamiento económico y social sufrido tras la guerra. A su vez, como es característico de este cine son los personajes los que impulsan la acción, no hay una trama que prevalezca por sobre ellos, lo que da lugar a entretiempos en los que parece no suceder nada, como suelen ser muchos de los momentos de nuestras vidas

, esos que se desarrollan en su monotonía y repetición. Un observador poco entendido podría sentir estos momentos como 'aburridos', pero nada tiene de aburrido este filme, ni de lento, para todo aquel que esté atento a los detalles y a lo que sucede no sólo a los protagonistas, sino también a nosotros, en tanto espectadores.


La cámara aborda a los personajes como si realmente existieran, en este sentido es que decimos que el registro utilizado, o la estética, se asemeja a la del documental, con imágenes crudas, sin artificio, incluso con muy poco montaje. Los sucesos son los de la vida cotidiana y la historia no relata grandes acontecimientos, por el contrario la narración simplemente busca dar cuenta de la vida misma, con un relato abierto, con desvíos y sin conclusiones. La vida es así, a los personajes les sucede esto y punto.


En este filme en particular se hace evidente algo que me gusta mucho del neorrealismo italiano y es su capacidad para no caer en moralismos facilistas, o en identificaciones lastimeras. Como decía Cesare Zavattini, “un buen filme debe enfocarse en la vida de un hombre común a quien nada le sucede" y esto en definitiva no expresa más que un profundo humanismo respecto de los personajes.


Durante muchos años esta película se tradujo mal como Ladrón de bicicletas, cuando el título original utiliza el plural, Ladrones de bicicletas, alterando totalmente el sentido (o uno de los grandes sentidos) del filme. No quiero adelantar nada por si no vieron la película aún, así que sólo voy a dejar una pregunta para que ronde sus cabezas mientras la ven: ¿Quiénes son (somos) los ladrones de bicicletas?


El filme es un recorrido por una Roma de posguerra, en una búsqueda incansable que invita a reflexionar sobre distintos aspectos de la condición humana, mientras muestra que la moral es un lujo, y que los valores sólo dependen de unas circunstancias básicas.



Ficha Técnica

Título original: Ladri di biciclette

Traducción: Ladrones de bicicletas

Año: 1948

Director: Vittorio de Sica

País: Italia

Basada en la novela del mismo nombre de Luigi Bartolini



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