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  • Foto del escritorSilvina Evangelista

El poder de los objetos

Actualizado: 29 ago 2021



El mundo de los objetos ha adquirido en nuestro tiempo gran importancia. Siempre que podemos, los elegimos cuidadosamente, sabiendo que su presencia aportará algo a nuestro estilo de vida, a nuestro bienestar, o a nuestro confort. De entre todos los objetos que podemos tener hay uno que siempre ha sido especial. Desde tiempos inmemoriales cumplió las funciones básicas de alumbrar y de dar calor, pasando por sus atributos mágicos, espirituales o místicos, siendo signo de poder y de riqueza, y hasta convertirse en un simple objeto decorativo. No importa qué usos diversos les haya dado y les dé la humanidad, ellas siempre se reinventan y sobreviven al paso del tiempo.


Me refiero a las velas, las mismas que crearon los egipcios entre los siglos XIV y XIII a.C., por entonces, hechas con ramas embarradas con sebo de bueyes o corderos. Tal como las conocemos hoy, empezaron a ser fabricadas en la edad media, y se hacían con sebo y cera de abeja. En el siglo XVIII empezó a utilizarse esperma de ballena, lo que las hacía más luminosas y con menos olor. Fue recién hacia 1850 que, a partir del descubrimiento del petróleo, comenzaron a fabricarse con parafina. En los últimos años, volvieron a utilizarse elementos naturales en su composición, haciéndose muy populares las velas de cera de soja, que es una forma procesada del aceite de dicha planta leguminosa.


Las velas Della Candeletta son de cera de soja artesanal, presentadas en hermosos recipientes de diferentes formas y materiales, característica que crea las diferentes líneas de la marca. Pero más allá de la belleza y calidad del producto, o de las notas peculiares que lo distinguen, es interesante comentar lo que inspira a su creadora.


Una obra del artista italiano del quattrocento, Carlo Crivelli, la Madonna della candeletta, constituye la parte central de un políptico que le fue encargado para el altar de la Catedral de Camerino. Es una pintura al temple y dorado sobre tela, que muestra la imagen de una mujer con un niño. Llama poderosamente la atención el gran nivel de detalle, el refinamiento de los tejidos que visten los personajes, y el virtuosismo del color, propios de las novedades renacentistas. A su vez, algo apunta al vértigo, dada la irreal perspectiva que crea el artista, con un toque de la pintura flamenca, lo que genera un espacio ilusionista, irreal y no medible. Los rostros de los personajes retratados son inquietantes, por su belleza, por los detalles más cercanos a la ilustración que al hiperrealismo, por la expresión neutra de la mujer y por el descontento del pequeño.


En español la obra se llamaría “La virgen de la vela” y por lo tanto uno esperaría ver ese objeto en un primer plano u ocupando un lugar central en el cuadro. Sin embargo, no es así, y hay que recorrer la obra minuciosamente hasta encontrarla.


En el extremo inferior izquierdo está la pequeña vela, cargada de simbolismos, aunque apenas percibida en su materialidad, ni siquiera alumbrando a la Madonna que tiene en brazos a su niño. “Todos los objetos, joyas, telas, frutas y flores se fabrican con gran habilidad y atención a los valores ópticos de la reflexión de la luz y la incidencia de las sombras, especialmente en la vela volitiva suspendida en el borde de la pintura, que determina el nombre convencional de la obra, y en el espléndido jarrón de rosas en primer plano.”


El espíritu de la obra y de la época es, de alguna manera, recuperado en la producción de Della Candeletta. La propia creadora de la marca afirma y promueve su intención de combinar arte y velas. De poder hacer su aporte a fin de “crear espacios en los que el tiempo abra paréntesis y transcurra sin registro, mientras dura la placentera conexión inexplicable que se genera.”


A partir de estas palabras podemos intuir que lo que mueve a la creación artesanal, cuidada y artística, tiene que ver con algo más. Tiene que ver con lo que va a generar la presencia del objeto en el nuevo espacio donde encuentre su lugar, transformándolo.


En la mitología griega, Hestia era la diosa del hogar, del fuego ardiendo en un espacio circular, que convertía cualquier lugar, con su sola presencia, en un lugar sagrado. “Estoy aquí porque cuando todo lo demás falla, cuanto todos los otros poderosos dioses van a la guerra, yo soy todo lo que queda. Hogar. Soy la última de los olímpicos.” De esta manera, la diosa describe su rol, en torno al fuego que ilumina y alimenta, a la llama que hace posible toda creación.


En la actualidad, cuando hablamos de las velas, debemos tener en cuenta otros dos elementos fundamentales, que son los que justamente transformarán el espacio en un lugar sagrado: el fuego y el aroma.


Y es que la artesana creadora de velas es además una alquimista, que invoca las antiguas prácticas dedicadas al estudio experimental de los fenómenos químicos, que pretendían por entonces descubrir los elementos constitutivos del universo, la transmutación de los metales, o el elixir de la vida. El fuego cumple un rol importante en la tarea de crear aromas. Preparar las esencias implica poner en práctica este ritual alquímico, para poder, a partir de esta operación realizada con fuego, agua, vapor y los elementos apropiados, arrancar el alma fragante de las cosas.


Cada planta, cada flor, cada madera, cada fruto oleaginoso requiere un tratamiento especial. La destilación sirve para separar las partes volátiles y menos volátiles de las sustancias mezcladas. Una vez leí algo que me encantó: “Hay algo cruel en este proceso. Arrancar a las sustancias su aroma característico.”


Ésta es justamente la peculiaridad de las velas Della Candeletta, la combinación original de sus elementos, donde los aromas se amalgaman con sus notas de color para lograr intensas y exquisitas fragancias. Entonces, cuando la llama de la vela arde, se produce la magia, y los compuestos aromáticos volátiles, dispersándose en el aire, invaden el espacio con naturaleza, con sentimientos de amor, de espiritualidad y de encanto. Todo el espíritu del Renacimiento concentrado en un pequeño objeto, tal vez apenas perceptible para algunos, pero capaz de transformarlo todo.




Reseña escrita para velas Della Candeletta

Pueden seguir su cuenta de Instagram: @dellacandeletta

O visitar la tienda virtual en este link: https://dellacandeletta.mitiendanube.com/productos/



El collage de la portada emula la obra de Carlo Crivelli, Madonna de la candeletta (a modo de juego de deconstrucción). Vean la del artista, es hermosísima.





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